La necesidad de "poner un precio al carbono" para impulsar e incentivar patrones de inversión y prácticas industriales con bajas emisiones de carbono ha sido el núcleo de la política climática neoliberal desde principios de la década de 1990. Este documento analiza críticamente este compromiso político central, en particular el comercio de emisiones, y cómo han respondido los sindicatos a él.

Los sindicatos -especialmente los que representan a los trabajadores de la generación de energía y de las industrias de alto consumo energético- han apoyado en general la CAC. Este documento presenta dos conjuntos de datos que deberían llevarles a reconsiderar su postura. Estos datos se presentan como dos escenarios etiquetados como "sin despliegue de CAC" y "despliegue de CAC". Este documento sostiene que los problemas asociados a cualquiera de los dos escenarios son lo suficientemente graves como para exigir una reevaluación exhaustiva del apoyo de los sindicatos a la CAC. También insta a los sindicatos a que se comprometan a desarrollar un tercer escenario, uno que se base en la voluntad de cuestionar la suposición de que la demanda de energía seguirá aumentando y que el "crecimiento" tal y como se entiende tradicionalmente puede continuar de forma más o menos ininterrumpida. Un tercer escenario también estará anclado en la propiedad pública y en la recuperación de los recursos energéticos, las infraestructuras y las opciones a la esfera pública.

El término "democracia energética" forma parte ahora del discurso sindical sobre la energía y el cambio climático de una manera que no era el caso hace sólo dos o tres años. Un número cada vez mayor de sindicatos, así como organismos regionales como la Confederación Sindical de las Américas, reclaman el control democrático de la energía, la "recuperación" del sector energético para la esfera pública y una transición justa hacia una economía basada en las energías renovables y con bajas emisiones de carbono. Sin embargo, el contenido real y potencial del término "democracia energética" debe concretarse. Los sindicatos pueden participar en esta lucha de manera que puedan aumentar el control de los trabajadores y de la comunidad sobre la generación de energía eléctrica y, potencialmente, construir sindicatos.

El objetivo de este documento es mostrar cómo la crisis económica y la austeridad, que hoy en día sirven de tapadera perfecta para la inacción y los retrocesos en materia de protección del clima y sostenibilidad ecológica, podrían en realidad impulsar un cambio radical respecto al lento y vacilante progreso del pasado reciente. El documento examina las oportunidades de ese cambio en Grecia, un país sumido en la deuda, con un alto nivel de desempleo y que está recibiendo un programa de austeridad en toda regla. Pero Grecia es también un país en el que la izquierda radical podría llegar pronto al poder liderada por un partido, SYRIZA, que está comprometido nada menos que con la "transformación ecológica de la economía".

Los sindicatos -especialmente los que representan a los trabajadores de la generación de energía y de las industrias de alto consumo energético- han apoyado en general la CAC. Este documento presenta dos conjuntos de datos que deberían llevarles a reconsiderar su postura. Estos datos se presentan como dos escenarios etiquetados como "sin despliegue de CAC" y "despliegue de CAC". Este documento sostiene que los problemas asociados a cualquiera de los dos escenarios son lo suficientemente graves como para exigir una reevaluación exhaustiva del apoyo de los sindicatos a la CAC. También insta a los sindicatos a que se comprometan a desarrollar un tercer escenario, uno que se base en la voluntad de cuestionar la suposición de que la demanda de energía seguirá aumentando y que el "crecimiento" tal y como se entiende tradicionalmente puede continuar de forma más o menos ininterrumpida. Un tercer escenario también estará anclado en la propiedad pública y en la recuperación de los recursos energéticos, las infraestructuras y las opciones a la esfera pública.

Este documento se ha preparado para ayudar a los sindicatos y a sus aliados cercanos que deseen comprender mejor los impactos de la perforación de gas de esquisto, o "fracking", y quieran desarrollar una posición o un enfoque del fracking que proteja a los trabajadores, las comunidades y el medio ambiente.