En el último número de Nuevo Foro Laboral - una revista trimestral publicada por el Escuela de Estudios Laborales y Urbanos de la CUNY - coordinador de la TUED, Sean Sweeney, aborda algunos mitos persistentes sobre las empresas privadas de energías renovables.
Estas empresas se presentan a menudo como parte de la solución a la emergencia climática y ecológica. Quienes estén familiarizados con el análisis de TUED sobre los fracasos de la política climática y energética neoliberal probablemente entenderán por qué el enfoque caótico e impulsado por los beneficios de la transición energética, que se apoya en empresas e inversores privados, está fracasando tanto en la consecución de los objetivos de reducción de emisiones como en la protección de los trabajadores. En su lugar, lo que necesitamos es construir una campaña política de amplia base, anclada en el movimiento sindical mundial, que pueda exigir y liderar un enfoque alternativo para la transición energética y la protección del clima: uno que trate la energía como un derecho y un bien público, y que se base en la conservación, la equidad, la planificación y la cooperación.
Del artículo del Nuevo Foro Laboral:
En la lucha contra el cambio climático, las empresas de energías renovables suelen ser consideradas caballeros Jedi. En su valiente lucha por salvar el planeta, se cree que los intereses de la energía eólica y solar están enzarzados en un combate mortal con las grandes corporaciones de combustibles fósiles que siguen minando, perforando y explotando los frágiles ecosistemas de la Tierra, arrastrándonos a todos a una sombría y sudorosa distopía.
En Estados Unidos y en otros países, los paneles solares brillan en los tejados y en los campos; las turbinas se elevan majestuosamente sobre los paisajes rurales. El hecho de que, a nivel mundial, el sector de las energías renovables siga batiendo récords en cuanto a niveles de despliegue anual es, para muchos, una fuente de consuelo considerable. Actuando como Xanax informativo para calmar la ansiedad climática generalizada, los titulares de las noticias nos tranquilizan diciendo que los costes de la energía eólica y solar siguen bajando y que, por tanto, la eólica y la solar son (o pronto serán) "competitivas" con la energía procedente del carbón y del gas. La transición a la energía limpia es, por tanto, imparable.
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Pero hay varias razones por las que, en su papel actual, las empresas de energías renovables podrían ser más parte del problema que de la solución.... Como veremos, están empezando a desaprovechar su "licencia social" al participar en una dinámica de "carrera hacia abajo" que corre el riesgo de poner a los trabajadores y a mucha gente de a pie en contra de la acción contra el cambio climático. Igualmente grave es que el comportamiento "yo primero" de los grandes intereses eólicos y solares está apuntalando una arquitectura política que absorbe grandes cantidades de dinero público para hacer rentables sus operaciones privadas.
Están sosteniendo un modelo de transición energética que ya ha demostrado ser incapaz de cumplir los objetivos climáticos. Al hacerlo, estas empresas no sólo se han pasado al lado oscuro de la política, sino que han contribuido a diseñarlo.
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En solidaridad,
El equipo de TUED